
La espera, a veces, se hace insoportable. Me siento, y la miro esperando a que nos crucemos en una fugaz mirada, una leve sonrisa. No sé que le pasará a ella por la mente cuando me ve observándola, diciéndole en silencio que la quiero.
No lo sé. Al igual que tampoco sé qué me dicen sus ojos, sus labios, su sonrisa.
Lo que sé es que me encantaría hacer, por poco tiempo, que el mundo alrededor desapareciese. Quedarnos solos, a los pies de la noche, con las estrellas brillando, intentando no ponerse celosas de la luna, y ésta a su vez, dándonos la luz que nos permite mirarnos, besarnos, acariciarnos.
Sólo necesito eso. Una noche. O quizás no, quizás solo un beso.
Pero no. No es necesario, ni prudente. El amor no es contacto físico, ni deseo carnal. Es cierto que ayuda, pero también desgasta el corazón y los pensamientos.
Me conformo con idealizarla. Con poder obtener de sus ojos un "Yo también te quiero" aunque me lo invente.
Aunque me lo invente...
I.D.
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