lunes, 18 de enero de 2010

Déjame.

Déjame dartelo todo.
Déjame andar sobre este suelo embarrado de ilusiones, sueños. Déjame pisar las huellas de mis predecesores, y no cometer sus errores. Déjame sonreírte y demostrarte que digo la verdad.

Déjame que te acaricie como nadie lo ha hecho, déjame que te abrace y te susurre palabras al oído. Déjame soñar contigo, un sueño de eternidad.

Déjame enfadarme por no tenerte, déjame ser estúpido. Déjame llorar en silencio, y gritar mis penas.

Déjame ser feliz en la ignorancia. Déjame pensar que tengo oportunidad de mirarte como el ángel que eres. Déjame que te diga todas las cosas que pienso, sin miedo a equivocarme.

Déjame esperarte aquí. Déjame volver.

Déjame demostrarte lo que la noche esconde en su manto, lo que las estrellas me cuentan. Déjame que te enseñe los misterios de las palabras, de la luna, del corazón. Déjame ser el guía en nuestro desierto. Déjame ser el corazón palpitante que alimente tu ser, que te de fuerzas.


Déjame amarte.







I.D.

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