sábado, 2 de enero de 2010

Historia.

Os explicaré lo que pienso ahora mismo. Quizá sea porque me acabo de levantar, porque mis pensamientos están nublados. O quizás porque siento una necesidad horrible de sentarme en lo alto de un árbol, abrigado, mirar la noche, tranquila y solitaria, y escribir ésto que ahora os contaré.

"Al principio era como una pequeña obsesión, algo sin más. Una duda en mi mente, una mirada indiscreta y un sentimiento que aún necesitaba que le dieran de comer, a través del cordón umbilical que eran los labios y los ojos, alimentándose de sonrisas y miradas inquietas.

Evolucionó casi sin darme cuenta, pasó a ser una extraña atracción dolorosa, una extraña bendición ya que al tenerla cerca, sonrío y no paro de mirarla, pero al separarme me siento vacío, pero libre de la tensión que provocan sus carnosos labios.

El tiempo ahora sigue pasando, y me pregunto honestamente hasta cuando podría aguantar con mi silencio, sin decir nada más que lo cordial, lo permitido. Lo permitido.

Quizás mañana, cuando vuelva a verla, le sonría de nuevo y le diga lo preciosa que ha venido. O quizás simplemente me calle, y diga alguna estupidez que me haga sentir tranquilo, evitando el tema de que mi corazón late demasiado fuerte si está a mi lado.




Y al fin y al cabo, quizás sea solo eso.
Que he dormido demasiado, o que no he dormido.

O quizás que me ha hipnotizado. ¿Quién sabe?"








I.D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario