domingo, 31 de enero de 2010

Tiempo perdido

Cierra los ojos, y mira en tu interior. Busca despacio esa oscuridad que ciñe tu corazón, que te oprime los sentimientos. Cierra los ojos, y siente el aire rozar tu piel. Siente la brisa de la mañana rozar suavemente tus mejillas. El cálido sol que te ilumina. Estás sólo en este momento. Siempre has soñado con quitarte los malos pensamientos y emociones, que forman una parte esencial de tu existencia.

Ahora tienes la oportunidad. Relájate y siente las aves volar, piar. Siente las nubes moverse, escucha las palabras que el viento te susurra al oído. Aprende el idioma del agua e intenta comprender la canción del fuego. No te levantes. Escucha a tus pulmones recoger el oxígeno.

¿Notas esa sensación? Ahora tienes la oportunidad de expulsarla.



Abre los ojos...
Esta es la realidad. Esta es esa cruda realidad que te ha convertido en el odio que sientes.

Mírame a los ojos mientras te muestro la verdad. ¿Notabas esa sensación de tranquilidad? Sólo palabras, nada existe.

Míenteme, hazme daño con tus palabras. Golpea mi ser, hazlo trizas con tu sonrisa. Mátame, revíveme. Se humana y sobre todo no olvides nunca qué somos nosotros.


Recuerdame siempre. Odiame, maldiceme. Quiéreme, hazlo a tu manera, pero ámame. Siente que estoy cerca de tu oído, acariciando con mis manos tu delicado cuello de cristal, y que no dudaré en romper con un golpe de lujuria, con una mirada de deseo.





Ten cuidado con lo que deseas... Podría hacerse realidad.




I.D.

Atrevete a dejarme...

¿Y qué hacer?
Siento que nada más puedo.

Es esa sensación de debilidad que se apodera de tus sentidos cuando notas su presencia. Es ese estúpido momento en el que vendes quién eres por un beso.

Ahora, aprendes a aceptar las consecuencias de tus actos. Aprendes a redimir tus pecados pasados, absorbiendo del dulce néctar de su piel, intentando dar los pasos correctos, sin fallos.

Un ser humano, por muy perfeccionista que sea, siempre comete fallos.

Me encantaría, pues, dejar de ser humano.

Poder ser alguien a quién puedas amar hasta que te duelan los labios, hasta que tu cuerpo te pida un respiro. Me encantaría ser entonces, esa criatura que te despierte por las mañanas, para ver los primeros rayos del alba en tu oceánica mirada, y beber de ella, acariciar las maravillas que tu mente me ofrece con esos ojos.

Entonces me encantaría ser el aire que respiras. Para estar cerca, tan cerca que sea el motivo de tus dulces risas y amargas lágrimas.

Oh, si pudiera... Si pudiera darte el cielo, te bajaría hasta el último astro para que te sientas como en casa, para que con tu luz ilumines las noches, nos olvidemos de la luna, tan plateada y pobre...

Tan sólo sé que me encantaría poder no ser quién soy. Poder ser perfecto para ti. Sólo para ti. Poder decirte lo que te quiero. Poder saber qué piensas, y tenerte a mi lado.


Siempre nos pasa igual. Vagamos por las ramas de los sueños, esperando encontrar frutos verdes en lugar de podridos, y cuando creemos encontrarlo es tan frágil, tan delicado, que te da miedo acariciarlo y romper ese magnífico momento.

Eso es lo que siento y veo. Algo delicado y frágil. Algo que hemos de sujetar bien, para evitar que se caiga.






Porque si me dejas, haré de tu mundo una realidad. Si me dejas, le hablaré al sol de tu mirada.



Atrévete a dejarme. Ven conmigo...







I.D.

lunes, 25 de enero de 2010

Cadenas

De repente un día, sentirte importante contigo mismo.
Oír como tu conciencia te susurra "lo has hecho bien".

Es en esos momentos cuando nuestra mente funciona al máximo de su capacidad. Cuando nosotros somos la causa y consecuencia de nuestros actos.

Cuando nuestras limitaciones se extienden más allá de palabras, besos y caricias es cuando nosotros nos sentimos realizados.

Es esa sensación que te llena, y que te hace sentir que no hay nada que pueda parar tus pies en el mundo, que con cada paso que das rompes cadenas que te atan a la compostura y protocolo social.

Es la misma mirada turbia que sólo se ve en peliculas, en la mirada de una joven que lo pierde todo, o en la de un joven con sus sueños aún por realizar.

Pero esa mirada es ahora nuestra. Nosotros somos los dueños de nuestros pasos, y la llave de nuestras cadenas. Somos criaturas imperfectas de una creación más imperfecta aún, pero somos la capacidad de resolver esos problemas que inundan nuestra mente.

Ya nada puede pararnos. Hemos comenzado a evolucionar, a pensar por nosotros mismos. Somos una generación visionaria, que donde otros observan una mano nosotros contemplamos una oportunidad para cambiar el mundo que nos rodea.

Nos llaman ilusos. Nos llaman idealistas. A mi me gusta llamarlo realidad. Una realidad dura, donde otros se quedan atascados pensando en las consecuencias en lugar de las causas, donde nuestra conciencia se ve limitada en exceso a decir la mitad de lo que piensa, por miedo quizás a represiones sociales.


Somos humanos con voluntad de hierro. Somos humanos con férrea lealtad a nuestra conciencia. Y hoy además, somos humanos dueños de nuestros actos.


Miraos al espejo, y contemplad a la persona que puede cambiarlo todo. Con una sonrisa, con una palabra, con una mirada. Pero puede cambiarlo todo.






I.D.

sábado, 23 de enero de 2010

Corazón

Su rostro está cansado. Ves sus manos fatigadas afferrándose con desesperación al últmo aliento de su cuerpo. Está en la cama de un hospital que no cuenta con los medios necesarios para traerle de vuelta.

Su mirada gris, pero llena de sabiduría, de conocimientos que harían temblar hasta el último Rey del mundo, te mira con tristeza.

Ambos sabéis que no seguirá así por mucho tiempo.
Te acuestas a su lado, abrazándole. Él te da la mano, y cierra los ojos para sentir tu presencia.
Notas la vida corriendo de un lado a otro en sus venas, mientras su corazón da las instrucciones de última hora para evitar lo inevitable.

Tus lágrimas mojan su pijama. Lloras por impotencia. Por inseguridad.

Por injusticia.

Él te acaricia la mejilla y te seca las lágrimas en un sobreexceso de fuerzas.
Gira la cabeza y sin mirarte te susurra algo, que apenas alcanzas a oír.

"Hija mía. Cada vez que te veía sonreír, sentía que mi vida cobraba un nuevo sentido. Cada vez que llegaba de trabajar, y te encontraba feliz en casa, mi corazón se agitaba para recordarme que eres el motivo por el que día a día lucho. No quiero verte llorar, mi amor. No quiero verte triste. Quiero que seas feliz, que luches con tu alma y nunca te rindas. Que la vida es muy puta, y tienes que ser fuerte. Te quiero, te quise y te querré siempre. Nunca me olvides, porque aún muerto seguiré siempre contigo. Te quiero. Te quiero."

Su voz sonaba firme. Pero su edad le restaba seguridad. Su corazón, maltrecho, le susurraba las palabras que ahora recorrían tu mente despacio, asimilando la despedida.

Es doloroso. Te aferras a su mano y le besas la cara. Lloras fuerte, pidiéndole a Él que te devuelva a tu padre, a tu magnífico mentor. Que tanto te quiso y educó. Siempre, siempre.

Ahora, sin embargo, su corazón empieza a dar un grito agónico, y tu alma con él.


Sus ojos grises se cierran, y en su boca se dibuja una sonrisa.

Notas punzadas en la cabeza, y sientes como tu corazón se vacía. Se vacía de sentimientos, porque él no está. Se vacía de emociones, porque él no está. Se vacía de vida, porque él no está.

Y decides seguir con él eternamente. Tu mirada se cruza en todas direcciones con el susurro de la muerte aún acechando en la cama.

Te secas las lágrimas y empiezas a dormirte, a su lado. Todavía está cálido.




Él no sólo fue tu padre.
Ni tampoco ésto es una historia dramática.

Es el hecho de como nuestro corazón se muere, mientras lloramos su pérdida.





A veces, nuestro mayor dolor es nuestro verdadero corazón.



I.D.

miércoles, 20 de enero de 2010

En mis sueños...

Soñar con ella no es agradable.
Es sentirte vacío.

Los sueños reflejan una condición que me encantaría saborear.
Me encantaría respirar de su silencio, y dormir con sus manos entre las mías. En mis sueños la abrazo fuerte, buscando palabras escondidas en su sonrisa, contemplando cada detalle de su rostro para después poderlo describir a la noche, que atenta me escucha.

En mis sueños, mi corazón se vuelve de cristal a su vista: no esconde nada que no haya. Un corazón repleto de amor, de cariño. En mis sueños, por las mañanas, cuando más nos cuesta levantarnos, son mis labios en su espalda los que le dicen "te quiero".

En mis sueños, ando descalzo por sus miradas, intentando llegar al océano azul de sus ojos. Me sujeto a mis esperanzas, y respiro hondo, dejándome llevar por su voz.

Mis dedos dibujan sonrisas en su pecho, y escriben palabras de amor en su piel.

En mis sueños, cada instante es eterno para ambos. Cada ave nos mira con recelo al pasar por la ventana. Las nubes se agolpan para espiar nuestros actos, y el sol ya no nos ilumina por envidia de la pureza de nuestro amor.


Al fin y al cabo, sólo son sueños.






I.D.

martes, 19 de enero de 2010

Baila....

Dulce melodía acaricia tus oídos, y una suave brisa se cuela por tus manos abiertas, danzando con los ojos cerrados al rítmico sonido de la noche.

Tus pies se mueven como encantados por algún hechizo. Uno, dos, tres. Uno. Uno, dos, tres. Uno.

Oyes las palabras del viento y escuchas sus consejos al rozar tu pelo negro. Sonríes, y la música se hace más intensa.

Descalza sobre la hierba mojada, notas el frío entre tus dedos, y la humedad en la piel.

Te hace sentir bien, viva. Y bailas, disfrutas, bebes de la noche y de sus pasiones.



Más humana, más natural.
Cómo eres en realidad.


I.D.

Recuerda...

Levántate y mira a tu alrededor. Aún estamos aquí.

"Nunca actúes en contra de quién eres. De tus principios. Recuerda siempre quién eres."






"El héroe es el que se recuerda a sí mismo..."




I.D.

lunes, 18 de enero de 2010

Déjame.

Déjame dartelo todo.
Déjame andar sobre este suelo embarrado de ilusiones, sueños. Déjame pisar las huellas de mis predecesores, y no cometer sus errores. Déjame sonreírte y demostrarte que digo la verdad.

Déjame que te acaricie como nadie lo ha hecho, déjame que te abrace y te susurre palabras al oído. Déjame soñar contigo, un sueño de eternidad.

Déjame enfadarme por no tenerte, déjame ser estúpido. Déjame llorar en silencio, y gritar mis penas.

Déjame ser feliz en la ignorancia. Déjame pensar que tengo oportunidad de mirarte como el ángel que eres. Déjame que te diga todas las cosas que pienso, sin miedo a equivocarme.

Déjame esperarte aquí. Déjame volver.

Déjame demostrarte lo que la noche esconde en su manto, lo que las estrellas me cuentan. Déjame que te enseñe los misterios de las palabras, de la luna, del corazón. Déjame ser el guía en nuestro desierto. Déjame ser el corazón palpitante que alimente tu ser, que te de fuerzas.


Déjame amarte.







I.D.

domingo, 17 de enero de 2010

¿Quién sabe?

La ves. Intocable, majestuosa. Cruel con la vida, cruel con los sueños. Es una figura tétrica en un ambiente gris, es un cuerpo de mujer perfecto con la sombra recortada por la luna. La ves sonriente, mirándote fijamente.

Y tú. Ahí, parado. Estás enfrente, con el viento de frente y la luna de cara.

Mujeres. Criaturas sorprendentes sin duda. Pueden decírtelo todo con una mirada como de repente quitártelo todo con una palabra.

Te sientes lleno al mirarla. Te sientes completo, y notas esos latidos del corazón que se aceleran poco a poco, y su presencia más cerca. Te envuelve su perfume. Notas su mano en tu rostro y embobado te ahogas en la mirada de ángel que ves en ella.

¿Y ahora qué?

Nada. Estás embobado, tenías miedo. Sientes que su perfume se aleja, su risa se adentra en un callejón donde sabes que no puedes seguirla. y aún te queda en tu alma la espina que llevas clavada desde que la viste.
Esa espina que te susurra a la cabeza, y te grita al corazón que la beses.
Que no pierdas tiempo.

Pero tú no lo haces. ¿Miedo? A su reacción. ¿Por qué? No quiero perderla. ¿Y si no la pierdes? Ganaría mucho. ¿Te atreves? No.

Demasiados interrogantes y respuestas directas atormentan tu juicio.

Y temes cometer ese error que estás deseando cometer.




Aún así, no pierdes la esperanza. Quizás...

Quizás... Tengas tiempo.



O quizás no.



¿Quién sabe?



I.D.

Nightwish - While your lips are still red



"Sweet little words made for silence not talk
Young heart for love not heartache
Dark hair for catching the wind
Not to veil the sight of a cold world

Kiss while your lips are still red
While he's still silent
Rest while bosom is still untouched, unveiled
Hold another hand while the hand's still without a tool
Drown into eyes while they're still blind
Love while the night still hides the withering dawn

First day of love never comes back
A passionate hour's never a wasted one
The violin, the poet's hand
Every thawing heart plays your theme with care

Kiss while your lips are still red
While he's still silent
Rest while bosom is still untouched, unveiled
Hold another hand while the hand's still without a tool
Drown into eyes while they're still blind
Love while the night still hides the withering dawn


Kiss while your lips are still red
While he's still silent
Rest while bosom is still untouched, unveiled
Hold another hand while the hand's still without a tool
Drown into eyes while they're still blind
Love while the night still hides the withering dawn"






"Please, Kiss me while your lips are still red..."
I.D.

viernes, 15 de enero de 2010

Palabras...

- Por eso, tengo presente que él no será el amor de mi vida.

- Eso... No lo sabes. Ojalá lo pudieramos saber, porque si yo lo supiera, no perdería el tiempo: le bajaría cada estrella del cielo sólo para verla sonreír... Pero no es así. No existe nadie de momento... Mejor así.

- Guarda esas estrellas para el momento en el que exista. Ahora, sólo dedicate a observarlas...






I.D.

Miradas de hielo.



Te sientes feliz contigo misma.
Sientes como las palabras que ahora te susurra al oído llegan hasta tu alma con tal intensidad, que parecen bailar de júbilo en tu cuerpo.

Como en una nube, sonríes, cierras los ojos y mentalmente te introduces en su mirada de hielo, electrizante y misteriosa.

Esa mirada que te hace sentir llena, por el simple hecho de estar dirigida a ti.

"Te quiero" piensas. Como si leyera tus pensamientos, te susurra al oído palabras que hablan de amor, intensidad, eternidad...

Abres los ojos y notas su fría presencia al lado. Te abraza, te promete el cielo. Tú, como tonta, le crees.

Le vas a besar. Pero no está. Él ya no está.
Esa figura que te decía suavemente que eras la inspiración que le hacía volar, ya no está.

Se ha ido junto con sus promesas. Con sus ilusiones.
Esa figura, ese ideal ha muerto.

Te duele. Te duele tanto que deseas llorar de rabia hasta que tu mente te pida que pares, hasta que tu cuerpo se destroce de dolor.

Una tristeza muda, un corazón inhibido hablan por tus lágrimas.

Miras alrededor y el paisaje se te torna hermoso. Pero duele.

Porque no está él.
Ni sus ojos de hielo.

Ni sus palabras cálidas, ni sus abrazos.





Miras a la luna escondida detrás de las nubes, las estrellas parpadean poco, muy tenues en el manto de la noche.




"Porque esa noche, hasta las estrellas llorarán contigo...."






I.D.

lunes, 11 de enero de 2010

Identidad.

Notas como una extraña opresión te sobrecoge. Una garra fría te aferra el corazón y la mente, mientras te adentras en unos pozos sin fondo, buscando respuestas que sabes que no están ahí.

Te duelen las decisiones, te duele ser tú mismo. Te duele equivocarte, y te duele acertar.
Incluso te duele no hacer nada.

El sudor frío baja por tu espalda, mientras se te acelera el corazón.

¿Qué hacer? Notas como las manos te tiemblan, y la sangre se enfría rápidamente en tu cara.

Tiritas de frío.

¿Frío? ¿O miedo...?

Miedo a afrontar las situaciones, a vertelas contra el mundo.

Te acercas más a la respuesta, envuelta en una espiral de odio. Los pozos no fueron solución y ahora te encierras en tu subconsciente intentando averiguar qué hacer.
Pero el tiempo corre, y no a tu favor.

Decide. Planifica. Piensa en tiempo récord.

Se como quieres ser.
Siempre.


Porque es algo que nunca se debe olvidar ni perder.
Nuestro sello de identidad.

Semper fi.


"Recuerda quién eres."



I.D.

domingo, 10 de enero de 2010

Te estaba esperando...



Andas por la calle, con la mano en los bolsillos. Caminas despacio, pisando el barro sobre las piedras de esa céntrica calle, en el mismo corazón de la capital. Tu sombrero de ala ancha, agujereado más por las guerras que por las penurias de los años, decae levemente sobre tu lado derecho. Miras al suelo. Llevas puesta unas botas militares roídas, por ratones, por la vida.

Escuchas a los niños jugar bajo la incesante lluvia. Tu ropa hecha jirones te delata como soldado del Tercio.

Las calles están plagadas de soldados. Ves carruajes a tu lado pasar, y salpicar casi con desprecio a los plebeyos que como tú, levantaban una nobleza y un reinado estancado en la miseria.

Un carro se detiene a tu lado. El cochero, mete prisa a otro carro que ha tenido un percance con las ruedas. Te detienes, levantas la vista del suelo y miras la situación del carruaje majestuoso, con corceles blancos como la nieve, y un cochero enfurecido que parecía expulsar llamas en lugar de palabras. Extraña situación.

Sigues andando, cuando por instinto te detienes y te giras. Hay unos ojos en el interior del carruaje.

Unos malditos ojos oscuros, pero azulados. Una sonrisa endiabladamente hermosa y una mirada penetrante como cualquier estaca. La miras, te quitas el sombrero.

Le sonríes, leve inclinación de cabeza, movimiento semicircular del sombrero, y de nuevo a la cabeza.

Ella, se tapa con el abanico la mitad de la cara.
Pero sus ojos te siguen mirando. Le susurras palabras que se te ocurren, y que ella no va a oír.
Hablas solo, sin gesticular demasiado.

El carro se marcha veloz y su mirada continúa como la estela de una estrella fugaz.
Ves que cae un pañuelo rojo. Te acercas, lo recoges.

Hay algo escrito en él, con tinta.

Sonríes.
Ojalá pudieras saber quién es esa dama. Quién te ha robado el corazón, y una sonrisa.

Guardas el pañuelo, y decides seguir caminando.
El suelo ya no está tan embarrado. Ahora, no pisas sobre las piedras, si no sobre tus pensamientos.
Andas en ellos, respiras de ellos.

Una simple mirada.
Una simple sonrisa.

Y toda una vida para ella.

Sólo esperabas que al igual que tú, ella también estuviese pensando en ti.


Eres demasiado poco para ella. Ni un insecto.


"Te estaba esperando" decía la tinta.

"Te estaba esperando" decía su mirada.

Pero "no te quiero conmigo" decía su sonrisa.


Duele, quizás.
Duele...



I.D.

¿Vienes?

Fíjate bien. Mira al cielo y dime qué notas en él hoy, que no notaste ayer. Exacto. Hoy es gris, taciturno, lúgubre. Tétrico. ¿Sabes por qué es?

Es porque hoy el sol no quiere salir. Es porque estamos aquí, susurrandonos palabras casi sin sentido al oído. Es porque el cielo es el espejo de la situación. Para nosotros, hoy es un día gris. Es un día vacío. Sin sentido, sin capacidad de amueblar el corazón.

Y no es que no pretendamos encharcar nuestros sentidos en un lago cálido, como lo es la sensación del amor.
Es que no necesitamos eso para estar aquí, bajo este cielo, viendo como cada ave, cada flor y cada arbol se mecen en el aire, suavemente, viendonos aqui sentados.
Porque al fin y al cabo, somos lo que somos. Y somos dos luces en una noche. Somos dos faros en un mismo puerto, que desconcierta al barco. Somos lo que nosotros queramos ser.

Muchas veces seremos esperanza.
Pero otras, seremos olvido.

Y otras, seremos mortales.


¿Vienes?






I.D.

Todo por un beso.

Me encantaría poder decirte al oído, suavemente, las palabras que pasan por mi mente cuando pienso en ti.

Sentados, en una fría hierba, arropados con la delicada noche y sonriéndole a la luna que nos mira envidiosa desde el cielo. Me encantaría poder echarte el pelo hacia atrás, sujetarte la cara suavemente con la mano e inclinarme, lentamente, hasta besarte.

Ojalá algún día se haga realidad.
Un beso al fin y al cabo es un cúmulo de ilusiones imperceptibles, una sensación única y extraña que te recorre el cuerpo cuando rozas tus labios. Electrizante, paralizador, cariñoso...

Todo. Te lo daría todo.
Todo por un beso.
Sólo un beso.





I.D.

sábado, 9 de enero de 2010

Vetusta Morla - Copenhague



"El corría, nunca le enseñaron a andar,
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y horas de más.
Aeropuertos. Unos vienen, otros se van,
igual que Alicia sin ciudad.

El valor para marcharse,
el miedo a llegar.

Llueve en el canal, la corriente enseña
el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

Un instante mientras los turistas se van.
Un tren de madrugada
consiguió trazar
la frontera entre siempre o jamás.

Llueve en el canal, la corriente enseña
el camino hacia el mar.
Todos duermen ya.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

Ella duerme tras el vendaval.
No se quitó la ropa.
Sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad.

Dejarse llevar suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar."



I.D.

Improvisación

Somos cada día más torpes e inútiles.
Somos cada día más ambiciosos y egoístas, menos serenos y pacíficos.
Cada día atenamos contra nosotros mismos al tropezar y no aprender, al caer y levantarnos con súplicas y perdones, al no asumir nuestras responsabiliades.
Cada día nos vemos sumidos en pensamientos desconcertantes y contradictorios. Tenemos a diario grandes guerras en nuestra cabeza, formada por pequeñas victorias en nuestro corazón.
No nos gusta que nos recuerden lo débiles que somos a la palabra y al sentimiento, a la presencia de nuevas directrices en nuestro camino.
Sin embargo estamos aqí, misteriosamente vivos y realmente supravalorados con respecto a la evolución
Aquí estamos. Siendo infinitamente humanos. Débiles, magníficos. Pero sobre todo humanos.

I.D.

viernes, 8 de enero de 2010

Chieko Kawabe - Mermaid



"If someone knew more about you.
Than you do, totally knew, all of you through and through.

You could search all around the world.
There's just one, special someone, standing so close to you.

What you take for granted is natural.
But you know you can't forget.
This one thing is true!

Kizuite, ne?
Anata no motto mo chikaku ni iru yo
Kizuitara nee tsutaete
Sou ima sekai ga watashi ga uta de todokeru you ni
You made me what I am.
You made me.
You've done it all for me.

And there's a side of me that no one sees.
I hide my tears. You know my fears. Your smile is all I need.

What you take for granted is natural.
But you know you can't forget.
This one thing is true!

Kizuite, ne?
Anata no motto mo chikaku ni iru yo
Kizuitara nee tsutaete
Sou anata yori mo anata wo wakatteru hito ga iru wa
Made me what I am.
You made me.
You've done it all for me.

But you know you can't forget.
This one thing is true!

Kizuite ne?
Anata no motto mo chikaku ni iru yo
Kizuitara nee tsutaete
Sou ima sekai ga watashi ga uta de todokeru you ni
Sou dare yori mo kono uta wo todoketai hito ga iru
You made me what I am.
You made me.
You've done it all for me.

Kizuite, ne."




¿Te das cuenta, verdad?
Soy la persona más cercana a ti.
Si te das cuenta dímelo.
Sí, dímelo de tal manera que el mundo y yo podamos cantar una canción...







I.D.

jueves, 7 de enero de 2010

Mi ángel.

- ¿Sabes? Anoche soñé contigo.
- ¿Y eso? jajaja
- Pues... Soñé... Nada, tonterías...

"Soñé que bajabas del cielo... Mi Ángel..."







I.D.

Dildo - 20 Minutos

(Pongo ésta canción, porque de casualidad la escuché hoy. Como anillo al dedo, quizás...)


"La saliva me quema
Como una brasa
No pudo decirte lo que pienso...
será que es por miedo
O tal vez el nervio.
Ya no te aguanto tan cerca...

La vida se acaba como prende una mecha
No pienso perderla
Solo mirándote
No necesito mas que un testimonio
El tiempo pasado
Lo conjugue

Ya no me importa
Lo que hayas pasado.
Lo que tú me pidas
Yo te lo daré.
Ya no me importa
Lo que hayas vivido.
Lo que tú me pidas te lo voy a dar...

Te miro tan bella y difícil la idea
Hasta que despacio
Entra en mi
Y mis ojos te esperan
Estaba tan ciego ahora comprendo...


Ya no me importa lo que hayas pasado
lo que tu me pidas yo te lo daré
Ya no me importa
Lo que hayas vivido
Lo que tu me pidas yo te lo daré"

miércoles, 6 de enero de 2010

Nunca.


Sin embargo, ahora ya no estoy a tu lado. Es algo curioso, indescriptible. Sencillamente doloroso, diría yo.

Hasta hace unas horas, deseé que el tiempo se detuviera con nosotros esperando, hablando, riéndonos. Sin embargo ahora estoy en casa, escribiendo de nuevo como un aunténtico imbécil.

¿Por qué?

No es un por qué a todo. Si no un por qué a todo lo que te concierne. ¿Por qué me fijé en ti?

Está clara la respuesta: por esa luz. Esa jodida luz. Esa sonrisa, esa mirada.

Pero bueno, aunque ahora mismo no eres mía, ni de nadie en realidad, te esperaré hasta que me encuentres. Y si no, nunca sabrás que yo te quise.

O quizás sí. Quizás un día olvide todo este pudor y pensamiento y te diga: "¿Sabes? Te quiero".

Quizás.

"Sólo sé, hasta hoy, que la rendición es el mayor síntoma de la perdición a nivel personal."
Por eso no me voy a rendir.

Ni ahora ni nunca.


Espero...



I.D.

martes, 5 de enero de 2010

Hola y Adiós.

Yo te miraba, mientras reías. No eran mis gracias, no eran mis palabras ni mis gestos.
Eran de Él. Era Él quien te hacía reír, quién atrapaba tu mirada al vuelo. Era Él quién sentía la tentación de acariciarte, quién podía hacerlo.
Hoy me he dado cuenta de que éste es un mundo muy cabrón (cómo si antes no me lo hubiesen demostrado...).

Y hoy no soy yo quién escribe estas líneas. Hoy no es Él quién te dice que te extraña.
Es mi corazón quién te grita. Es mi corazón quién te suplica que le mires, que le escuches, que le entiendas.

Pareces hecha de un material frío e indiferente. Parece que tu mundo, ajeno a las sensaciones, no está hecho para las miradas impertinentes de personas que buscan en ti la musa que en este momento eres para mi.

Sin embargo, sigo aquí. Contándole mis sentimientos a nadie. Contándote en secreto que te quise. Que te quiero aquí, conmigo, a mi lado. Y que lejos de una obsesión, eres una razón para seguir mirando con dulzura sin ir más lejos de la realidad.

Y a ver qué hago. Sólo espero que el tiempo pase, que todo se iguale. Intento pensar que si no te necesité tiempo atrás, era porque no eras necesaria.
Pero tiempo atrás no te conocía.

Y sin embargo, ahora sé perfectamente los rasgos de tu cara al sonreír, al hablar, al mirar.

Y me siento mejor.
Me siento mucho mejor recordando que, durante unos instantes preciosos, hemos tenido una mirada mútua. Un "hola y adiós" de nuestros corazones.

También pueden ser imaginaciones mías.

"Sólo quiero que me mires una vez a mi, como a Él lo miras cada segundo" dijo una vez un loco enamorado.





Al fin y al cabo, somos eso: locos enamorados de la vida, de la pasión.





"El éxito es para los que no lo dejan de buscar."







I.D.

lunes, 4 de enero de 2010

Aunque me lo invente.





La espera, a veces, se hace insoportable. Me siento, y la miro esperando a que nos crucemos en una fugaz mirada, una leve sonrisa. No sé que le pasará a ella por la mente cuando me ve observándola, diciéndole en silencio que la quiero.

No lo sé. Al igual que tampoco sé qué me dicen sus ojos, sus labios, su sonrisa.

Lo que sé es que me encantaría hacer, por poco tiempo, que el mundo alrededor desapareciese. Quedarnos solos, a los pies de la noche, con las estrellas brillando, intentando no ponerse celosas de la luna, y ésta a su vez, dándonos la luz que nos permite mirarnos, besarnos, acariciarnos.

Sólo necesito eso. Una noche. O quizás no, quizás solo un beso.

Pero no. No es necesario, ni prudente. El amor no es contacto físico, ni deseo carnal. Es cierto que ayuda, pero también desgasta el corazón y los pensamientos.

Me conformo con idealizarla. Con poder obtener de sus ojos un "Yo también te quiero" aunque me lo invente.

Aunque me lo invente...








I.D.

Sôber - Adiós.



"La última gota hoy colmó
el vaso de la desesperación.
Ojos que no mirarán a través del cristal
que me separa de ti...

Reviento en trozos al saber
que tu vida se alejó de mi.
Risas que no volveré a oír,
abrazos que no podré sentir...

Un nudo se atravesó,
garganta muda sin emisión,
por una muerte
que no deja de sorprenderme,
la obsesión, fruto de su devoción...

Reviento en trozos al saber
que tu vida se alejó de mi.
Risas que no volveré a oír,
abrazos que no podré sentir
como yo te siento a ti...

Reviento en trozos al saber
que tu vida se alejó de mi.
Risas que no volveré a oír,
abrazos que no podré sentir
como yo te siento a ti..."





I.D.

Warcry - Espíritu de amor



"Aquellos momentos que la muerte me robó,
aquel sentimiento nunca desapareció.
Tanto te echo de menos... mi vida no tiene fin;
sólo tengo tus recuerdos, sólo eso me une a tí.

Sé que todo terminó, todo aquello acabó...
Todo el amor que hubo aquí, ella se lo llevó.
Quiero rozar tu piel, sentir tu corazón...
Que fácil fue ayer... mi amor.

Vago por las calles sin tener nada que hacer,
navegando sin destino, sin rumbo que mantener,
recordando mi pasado cuando estaba junto a tí...
sólo por esos recuerdos aún continúo aquí.

Hoy volveré a tu lado una vez más...
volveré a contemplar esa mirada tranquila...
Lejos de mí, sin poderte abrazar,
deseando acariciar tu cuerpo hasta que llegue el día...

Y no...

Cada noche suelo regresar,
cuido sus sueños en la oscuridad...
Cada noche suelo regresar,
cuido sus sueños, en la oscuridad.
"





I.D.

domingo, 3 de enero de 2010

Miré atrás.



No esperaba que me perdonase ni que me dijese que todo estaba bien, que nada había ocurrido.
No esperaba que mi silencio hiciese mella en su conciencia. Ni que mi sonrisa le humedeciese los ojos.
Tampoco esperaba la compasión que necesitaba.

Tan solo quería escuchar de su voz lo que mi cabeza a voces me gritaba, y mi corazón se negaba a creer.


Es una horrible sensación. ¿No es cierto?
Estoy seguro, de que aquel lector que lea ésto buscará algún significado a lsa palabras.

Y quizás haga muy bien en buscar ese significado.
Aunque es evidente. Hay errores irreparables. Tan irreparables como lo es nuestra existencia. Hay palabras que cierran puertas sin abrir ventanas. Hay gestos que duelen sin tocar.

Hace un tiempo perdí lo más preciado que tenía en mis manos. Hay quién dice que me quitaron su sonrisa, que me arrebataron su mirada.
Sé que no. La perdí para siempre, aunque algo seguirá siendo siempre mío.

Ese "Te quiero" al oído, el primer "Te quiero" que mi corazón no supo asimilar.
Ese momento. Esa sensación. Siempre será mía. Nuestra, más bien.


Os pido que reparéis los errore que hayáis podido causar. No estoy diciendo nada para haceros cambiar de opinión sobre algo.

Pero no dejéis que se vaya lo que tenéis en las manos. Nunca.

Y sí. La quise con locura. Sin embargo, ahora lo que me queda es sentarme a esperar, a ver pasar el tiempo sin decir absolutamente nada.






I.D.

sábado, 2 de enero de 2010

Historia.

Os explicaré lo que pienso ahora mismo. Quizá sea porque me acabo de levantar, porque mis pensamientos están nublados. O quizás porque siento una necesidad horrible de sentarme en lo alto de un árbol, abrigado, mirar la noche, tranquila y solitaria, y escribir ésto que ahora os contaré.

"Al principio era como una pequeña obsesión, algo sin más. Una duda en mi mente, una mirada indiscreta y un sentimiento que aún necesitaba que le dieran de comer, a través del cordón umbilical que eran los labios y los ojos, alimentándose de sonrisas y miradas inquietas.

Evolucionó casi sin darme cuenta, pasó a ser una extraña atracción dolorosa, una extraña bendición ya que al tenerla cerca, sonrío y no paro de mirarla, pero al separarme me siento vacío, pero libre de la tensión que provocan sus carnosos labios.

El tiempo ahora sigue pasando, y me pregunto honestamente hasta cuando podría aguantar con mi silencio, sin decir nada más que lo cordial, lo permitido. Lo permitido.

Quizás mañana, cuando vuelva a verla, le sonría de nuevo y le diga lo preciosa que ha venido. O quizás simplemente me calle, y diga alguna estupidez que me haga sentir tranquilo, evitando el tema de que mi corazón late demasiado fuerte si está a mi lado.




Y al fin y al cabo, quizás sea solo eso.
Que he dormido demasiado, o que no he dormido.

O quizás que me ha hipnotizado. ¿Quién sabe?"








I.D.

"Ida y despedida" o Maldito amor.


Sonríes durante mil años, durante mil momentos. La miras, te mira. Esos ojos claros, que te hacen perder la razón te llenan de una satisfacción necesaria.

¿Pero qué coño te pasa?

Lo sé. Sé que te sientes mortalmente atraído por sus palabras, sus labios. Su perfume, su olor, sus ojos.

Joder, maldita pena.
No ser tu el que mantiene su presencia en tu corazón. No ser tú quién roce sus labios.
Malditos sueños y esperanzas.

Maldito dolor.
Maldito amor.


I.D.

viernes, 1 de enero de 2010

01/01/10


Anoche soñé por unos segundos delirantes que me perdía en la inmensidad de tus labios. Soñé que cada célula de mi cuerpo se estremecía al rozar los tuyos, hecho de algodón y lágrimas de ángel.

Cientos de momentos dulces, agradables, resumidos en un ligero beso, una mirada, un abrazo.

Mentiría si te dijera que no te quiero. Mentiría si te dijera que estoy hechizado. Y ahora, sólo me queda repetir aquello que un ideal le dijo, suavemente, a su amor en un parque cerca de un hospital y que tanta ternura llevaba en su voz:

"Ven conmigo"


I.D.