sábado, 6 de marzo de 2010



Oyes el agua del río fluir lentamente delante de ti. De rodillas delante de ese pequeño paso de agua clara, limpia. La noche se cierne, y tú contemplas esa naturaleza que te rodea pensando en lo maravilloso que sería tener alguien ahí a tu lado, con quién compartir los secretos que se cruzan por tu mente.
Ves a los peces tranquilos, en el agua. Algún conejo que avanza por el campo hasta su madriguera. Algún ave que ha traído comida para sus crías, en un árbol verde que crece, como si quisiera tocar la luna con sus ramas.
Toda la naturaleza tan estable. Y tú ahí, quieto, respirando tranquilamente y sientiendo que nada ni nadie puede romper la tranquilidad de tu santuario.

Cierras los ojos, y respiras profundamente...

Eres libre. Libre de sentimientos, de lazos, de emociones.
Tú, la Naturaleza y yo. Los tres.



"Semplicemente..."


I.D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario