No importa cuanto te esfuerces en disimular las emociones. Siempre habrá corazones que sepan leer hasta las comas de los pensamientos.
Hablemos del control. Esa sensación de seguridad que te embarga cuando el mundo funciona con la precisión de un metrónomo tal y como tú le marcas. Es precioso. Es perfecto.
Pero, ¿por qué hablar del control?
Veréis...
Andas por todos los rincones del mundo mirando alrededor, viendo a gente que se pone techos a sí misma, por razones emocionales, de autoestima o culturales. Pero siempre hay un techo para ellos. Y evidentemente, si hay techos, no hay control.
Y un día, te cruzas con alguien especial.
"Cuando un sabio señala el cielo, el tonto mira el dedo"
Esta persona, cuando señalas al cielo, no mira el dedo ni el cielo. Te mira a los ojos. Esa persona es diferente. Ni mejor, ni peor. Diferente.
Y tú te planteas 'será lo mismo de siempre. La misma historia. Alguien ordinario que quiere ser excepcional'.
Y, cuando hablas con esta persona... Dejadme explicarlo metafóricamente.
Es un mar. Un verdadero mar de fuego y caos. Algo que pasa desolando tus creencias, tus estándares. Algo que parece sacado del reflejo de tu espejo. Algo... alguien que te mira con ojos comprensivos, sonrisa destructiva y mente inquieta. Siempre quiere más.
Es un mar ávido de más. De mucho más. Absorbe emociones, controla lo que absorbe.
Si en el mundo hubiese dos personas como este mar, sería radicalmente diferente. El mundo. Y nosotros, los que no podemos ver con sus ojos.
Poco a poco empiezas a ver su naturaleza. No quiere nada, pero lo quiere todo. Eso es control. Podría pasar horas sentado a la orilla de ese mar mirándolo, riéndome. Tirando pequeñas piedras para revolver su tranquilidad. Podría estar así toda mi vida. Sabiendo que está ahí, comprendiéndola, admirándola. Y cuando digo podría... Suena a techo.
Y yo no tengo techos. Voy a pasar todo el tiempo que se me permita a la orilla de ese mar.
¿Y por qué no bañarse?
Esa es una buena pregunta. Por qué no bañarse. Por qué no dar un paso más allá.
Pues...
Porque yo controlo todo lo que puedo controlar en mi vida. Y ese mar también.
¿Quién aguantará más? Esa es la pregunta.
Mar. Eres mar.
Eres Tú.
I.D
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