jueves, 30 de septiembre de 2010

Niño mayor

Es tarde, necesitaría estar durmiendo, porque mañana vuelvo a clase.
Pero me he parado un momento a pensar, y en esos instantes donde el sueño y la realidad se tornan similares, es cuando he pensado en algo, y con un esfuerzo (bastante) grande, me he levantado a coger el portátil, y escribir esto.

Si me paro a pensar, me siento como un niño. Un niño pequeño, cuyos miedos son tan exactos y claros como el miedo al fuego, arañas, agujas... Pero no en ese tipo de trivialidades. Es un miedo mucho más interno, pero similar a ese sentimiento. Es un miedo a perder, perderlo todo, y no conseguir nada de lo que me proponga. Es tener miedo a que me miren por encima y con la cara enternecedora con la que le haces carrantoñas a un bebé, me animes desoladoramente a continuar en algo que, como yo mismamente pienso, no tiene ningún sentido.

Es esa sensación de haber crecido, y haber madurado. Esa es la sensación que más rabia me da: suponía que al crecer los miedos se irían llendo. Un chico, siempre quiere y desea con todas sus ganas crecer, para hacer "lo que ellos quieran".
Sin embargo, cuanto más creces, más limitado te ves. Más normas te absorben y más miedo se acrecentan.

Esta sensación es horrible. Pero no puedo pensar en eso ahora. No, porque lo tengo todo.
Y cuando lo dudo, me asomo timidamente a la puerta del cuarto, y veo algo que me gusta ver. Un poco de independencia. Un poco de "ser yo".
Y un poco de amistad en el ambiente.

¿Cuanto duran las ilusiones? Espero... Espero que mucho.

Porque las ilusiones son la fuente del valor más profundo: Aquiles estaba lleno de ilusiones...



I.D.

2 comentarios:

  1. Que gran verdad esa que describes en este post! A veces vemos como eso que pensabamos que ibamos a tener de mayor no es del todo la realidad, pero es verdad que cuando piensas en esto a la vez de forma inevitable tambien te acuerdas de que eso tambien tiene su parte positiva, que es que ahora eres tu mismo y no tienes porque seguir a nadie que no seas tu

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  2. De pequeños tenemos miedos.

    Al crecer, tenemos más, pero nos desesperamos al darnos cuenta de que somos nosotros quienes debemos enfrentarnos a ellos. Ya no hay padres ni superhéroes, se convierten en ilusiones y sueños del pasado, y de repente nos encontramos frente a un acantilado con el deber de dar el siguiente paso.

    En fin, paranoyas. Yo ahora estoy pasando por un periodo en el que la vida me parece una mierda y ya no tengo muchas esperanzas. Pero no es tan deprimente como suena, se podría decir que estoy tan enfadada con esta idea de la vida que me río en su cara xD

    Si también te quieres reír, avísame y, cual veteranos llenos de mala hostia, tiraremos huevos al mundo. (Una de las cosas más importantes de ser adulto es saber cuándo comportarse como un niño ;D)

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