lunes, 13 de septiembre de 2010

Extraños

Amanece cada día al igual que anochece. Nada parece cambiar el curso de la naturaleza, el hecho de que aquí nosotros somos los intrusos. Cuando paso cerca del río, y me siento a la orilla, miro a mi alrededor. No veo un agua natural y limpia, si no un agua pestilente, contaminada de residuos. Veo obras, maquinaria pesada. La orilla se resiente, y la naturaleza tiende a seguir su curso.

Pero da igual. Eso, a nosotros nos da completamente igual.
Nos importa más bien poco, y nos reímos cuando vemos a alguien añorar algo que puede existir, si quisiéramos. Nos reímos de dulces ilusos, que les encantaría poder callar y oír el viento entre las ojas de los árboles. El césped moviéndose, creciendo y haciendo como si nada estuviera ahí.
Pero no oímos eso. Oímos coches, ruido.

Pero bueno.
¿Qué más da eso, verdad?

Es tiempo de ir y venir. Avanzar y crecer.
Tiempo turbio, extraño.

I.D.

1 comentario:

  1. Bueno, está claro que el ser humano es una especie estúpida y destructiva que no sabe valorar todo lo bueno que hay a su alrededor...

    Pues empiezo mañana y termino el jueves =/

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