jueves, 3 de junio de 2010

Secretos (Shhhh)

Es esa sensación de agobio. De creer tenerlo todo bajo control, de tener todo súbitamente calculado pero drásticamente planeado.

Es esa sensación de debilidad, de baja estima. Es cuando la noche te atemoriza, y el día te trae esperanza. Es cuando el agua es fría, tus lágrimas resbalan y tus manos tiemblan.

Es la sensación de placer oscuro, de querer lanzarlo todo por la borda y sonreír a un destino incierto, que cuidadosamente ojea despacio el relato de tu vida.

Sí, esa es la sensación. La sensación de haber hecho algo mal. Algo tremendamente mal.
O de que algo malo va a pasar. Algo muy malo.

Y lo sabes. Sabes que es él. Ella. Ambos. Sólo ellos.
Y tú no sabes qué piensan. Ni qué se dicen en silencio, en sus pensamientos exclusivos, únicos. Maravillosos.

De un viejo lobo, cogí la costumbre de contarle secretos a la luna llena. Ésta última, no lo pude hacer: No tenía secretos para la luna.

Ahora, le pido inútilmente que vuelva. Necesito contarle lo que hoy a vosotros os he comunicado.

Ella. Seguro que la luna me entenderá.
Y si no, siempre nos quedará su eterna... Eterna luz.




I.D.

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